Realizar carreras de resistencia en cintas de correr de manera regular es una práctica saludable no solo para el cuerpo, sino también para el cerebro. Según un estudio realizado por el centro de salud de Texas, la realización de ejercicio aeróbico mejora el flujo sanguíneo, lo que se traduce en una mayor actividad neuronal y capacidad de memoria.

Para llevar a cabo el estudio se seleccionó a un grupo de adultos sedentarios con edades comprendidas entre los 55 y los 75 años y se les asigno, al azar, a un grupo de control donde no realizarían ejercicio o a un grupo con entrenamiento físico basado en tres horas semanales de ejercicio aeróbico en cintas de correr o bicicletas estáticas durante tres meses y se evaluó su actividad neuronal en tres momentos distintos: antes de comenzar el estudio, a las seis semanas de comenzar los ejercicios y transcurridas doce semanas.

Los resultados revelaron que el grupo que practicó deporte en cintas de correr o bicicletas estáticas mejoró su rendimiento de memoria y la actividad neuronal, y se apreció un aumento del flujo sanguíneo cerebral en la corteza cingulada y el hipocampo, la región más afectada por enfermedades cognitivas como el Alzheimer.

En este trabajo publicado por el Frontiers in Aging Neuroscience,  Sandra Bonos Chapman, fundadora y directora jefe del Centro de Salud Cerebral, asegura que aunque esta investigación no rebela un cambio en el flujo global de sangre del cerebro, sí que asocia el ejercicio físico con un mayor flujo de sangre cerebral selectivo o regional, y que por tanto, «el ejercicio físico puede ser una de las terapias más beneficiosas y rentables para elevar el rendimiento de la memoria y debería ser un motivante para que los adultos de todas las edades comenzaran a hacer ejercicio aeróbico”.