Algunas directrices de traducción técnica

El desarrollo tecnológico, educativo e industrial en general, trae consigo la necesidad creciente de traducciones técnicas cada vez más especializadas.

El alto grado de especialización de los textos hace que el traductor técnico tenga que especializarse no sólo en un campo en concreto sino en los distintos aspectos técnicos que pueda abarcar ese campo. Lo ideal sería además que el traductor técnico consultase con un experto en la materia que le pueda confirmar el buen uso de los términos.

Hay algunas directrices que pueden resultar útiles a la hora de enfrentarse con un trabajo de traducción técnica:

  1. Solicitar un glosario al cliente. Seguramente el cliente pueda proporcionar alguno. SI no es así, el traductor técnico puede crear su propio glosario a partir de textos que el cliente facilite o que pueda encontrar en sus publicaciones en Internet. Ante la falta de glosario, se pueden extraer los términos del texto a traducir y empezar a trabajar con ellos. Con el tiempo el traductor técnico dispondrá de un glosario técnico amplio y válido si además lo va comprobando con el cliente y otros expertos.
  2. Mantener una redacción clara y concreta. El texto técnico no utiliza giros lingüísticos, ni un lenguaje embellecido. Se ha de emplear frases cortas y concisas.
  3. Crear una memoria por cada cliente de traducción técnica. Esto sirve para todos los proyectos, ya que así se garantiza coherencia en las traducciones.

En definitiva, para realizar una buena traducción técnica, teniendo en cuenta que partimos de una base fundamental que es estar especializado en la materia a traducir, es importante crear glosarios y comprobarlos con expertos y con el cliente, haciendo buen uso de los programas de traducción asistida y manteniendo un lenguaje claro, breve y conciso.

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