El comandante jefe del Grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil, Óscar de la Cruz Yagüe, ha dicho este miércoles que el acoso infantil más recurrente es el ‘bullying‘, una práctica que se ha agravado con el uso de las nuevas tecnologías al permitir al acosador un control permanente sobre su víctima para molestarla en cualquier momento.

En declaraciones a Europa Press, De la Cruz ha demandado la implementación de una asignatura en los colegios para la educación digital, esto es, «explicar los peligros y riesgos que hay en la red para que los menores no caigan en errores».

El responsable de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil ha acudido este miércoles al curso ‘Ciberacoso y violencia de género’, en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), para impartir una conferencia centrada en los problemas que afectan a los menores debido al mal uso de las redes sociales e Internet.

 Desde una perspectiva penal, ha abordado la problemática de la resolución de estas vicisitudes, donde se encuadran el ‘grooming’, el ‘sexting’, extorsiones o difusión de imágenes y vídeos con contenido privado, y analizar si existen injurias, calumnias o cualquier otro delito tipificado en el Código Penal.

No obstante, es consciente del obstáculo que plantea Internet porque «gran parte de las comunicaciones están protegidas por el derecho a la intimidad y solo te enteras del problema cuando la víctima lo cuenta o denuncia». Nada que ver, afirma, con redes sociales como Twitter, una herramienta en la que se pueden ver todos los comentarios y donde se han puesto de moda los delitos de odio por razones de creencia, desde su posición.

Según De la Cruz, en función de la voluntad del acosador, el acoso puede tomar formas como el ‘sexting‘, es decir, el envío de imágenes con contenido sexual, consentidas en un primer momento pero que se usan en un futuro para humillar a la otra parte. Este acto se ha tipificado como delito (antes no lo era) en la última modificación del Código Penal, siempre y cuando atente contra el honor. Un ejemplo delictivo es la ‘sextorsión’, que busca un fin lucrativo con la intención de publicar este tipo de vídeos o imágenes mediante la coacción o chantaje.

En cuanto a la globalidad de la red, ha reivindicado la necesidad de cooperación internacional y el uso de más técnicas para detectar estos casos, sin obviar la colaboración de padres y educadores, donde se ponen a su disposición las herramientas para prevenir y solucionar estos problemas o la posibilidad de recurrir a la Benemérita en caso de delito.

En la misma línea, el Ministerio del Interior cuenta con un plan para la mejora de la convivencia y la seguridad escolar, en el que participan los cuerpos policiales, así como la Guardia Civil, para concienciar sobre el uso responsable de Internet y las redes sociales. Además, el responsable de los delitos telemáticos en el Instituto Armado ha dejado clara la importancia de crear la figura del agente encubierto en Internet para atajar el intercambio de pornografía infantil en foros, un nuevo mecanismo que solamente se contempla.