Traducciones oficiales y traducciones ordinarias, ¿son lo mismo?

Si estás pensando en salir al extranjero, seguro que ya has oído hablar de las traducciones oficiales, ya que a menudo son uno de los requisitos que exigen las entidades e instituciones de los documentos emitidos en países de otro idioma. Pero ¿qué son las traducciones oficiales?  ¿En qué se diferencian de las traducciones ordinarias y quién debe realizarlas?

La característica de las traducciones oficiales es que, a diferencia de las traducciones simples u ordinarias, tienen validez legal ante los organismos oficiales. Es decir, una traducción oficial equivale legalmente al documento original ante cualquier organismo.

Por ello, por norma general, si debes presentar ante una institución un documento traducido que haya sido expedido por otro organismo oficial –juzgado, notaría, administración pública, etc.-, esta traducción ha de contar con la certificación de un traductor jurado.

El traductor oficial, por tanto, es una figura acreditada por el Ministerio de Asuntos Exteriores que, como el notario, se encarga de dar fe, en este caso, de que la traducción es fiel al original.

Y es que, para que las traducciones oficiales se consideren válidas, han de contar con un soporte físico que contenga, además de la firma, el sello del traductor. De esta manera, el traductor oficial avala que se trata de una traducción correcta del original, responsabilizándose jurídicamente de la fidelidad y exactitud del contenido de la traducción.

Y aquí es donde radica la diferencia fundamental entre las traducciones oficiales y ordinarias. Mientras que las funciones de cualquier traductor ordinario son las de hacer accesible el sentido del texto al oyente o lector, el traductor jurado no adapta, ni debe, el texto: la traducción oficial debe contener toda la información del documento original, aun cuando pudiera parecer redundante.

Así mismo, cabe destacar que los documentos originales han de superar todos los trámites pertinentes de legalización antes de proceder a realizarse la traducción oficial.

Una vez realizada la traducción, además, es posible que desde los organismos extranjeros nos soliciten la legalización de la firma del traductor oficial en el Ministerio de Asuntos Exteriores.

Ahora que ya conoces todos los pormenores de las traducciones oficiales, estás listo para preparar la documentación pertinente y comenzar estos trámites que, ¡ojala!, serán el inicio de tu camino al éxito en el extranjero.

Related Posts