Smart cities: ciencia ficción hecha realidad

Quental Smart Cities

Que todo está cada día más conectado a nuestro alrededor no es nada nuevo. Cada vez, el mundo que nos rodea es más y más tecnológico, y hoy no quedan sectores que no tengan una parte de ellos digitalizada. Viviendo en una realidad así, Quental nos plantea una pregunta, ¿por qué no hacer inteligentes las ciudades en las que vivimos? Pasamos nuestro día a día rodeados de equipos informáticos, wearables, smartphones, tablets y demás aparatos electrónicos, y vemos que todos ellos nos hacen la vida más fácil. Una ciudad inteligente podría ser el colofón final.

Con ciudad inteligente –smart city en inglés- nos referimos a una ciudad que posee un desarrollo eficiente gracias a las tecnologías de la información y comunicación, dotando de inteligencia (de ahí el término smart) a las urbes. Para ello, la participación ciudadana, la búsqueda del incremento de la calidad de vida y la eficacia de los recursos disponibles son más que necesarios en su implantación.
En la actualidad, las ciudades son los lugares elegidos por la mayoría de las personas para vivir por las facilidades que allí se encuentran, pero también tiene contras que se deben intentar paliar mediante los recursos tecnológicos de los que disponemos y la colaboración de las personas que viven allí. Males como el vandalismo callejero, los atascos en hora punta o la contaminación podrían ir reduciéndose poco a poco gracias a la incorporación de las smart cities en nuestras vidas.

En España actualmente contamos con dos ciudades que comienzan a hacerse inteligentes: A Coruña y Valencia. Por un lado, el proyecto de Coruña es tan potente que el National Institute of Standard and Technologies (NIST) la ha seleccionado para formar parte del Global City Teams Challenge, uno de los mayores eventos del año de ciudades inteligentes del mundo. Entre las mejoras que se van a instaurar gracias a la inteligencia de la ciudad están la obtención de  información en tiempo real sobre las gasolineras más cercanas y el precio de los combustibles, las estaciones de Bicicoruña, o incluso conocer el estado del tráfico y obras; parques con riego inteligente e incluso, compra de entradas para cine o teatro por parte de  los habitantes mediante aplicaciones móviles. Todo ello gracias a mapas en tres dimensiones. Por su parte, el proyecto de Valencia consiste en la implantación de tecnología NFC en la ciudad a mayor escala (Near Field Communication). La EMT de Valencia ya cuenta con esta tecnología, pero ahora planean dotar a la Policía Municipal de móviles con tecnología NFC que harían más sencillas tareas diarias de las que se encargan. Por ejemplo, a la hora de acudir a un establecimiento a realizar labores administrativas, en vez de tener que entrar y pedir al dueño los papeles del local, bastaría con implantar una pegatina con tecnología NFC que tuviera información de la licencia del local, pagos al corriente, etc. Se ahorraría mucho tiempo de gestión. Y no solo en establecimientos, también se puede aplicar a vehículos particulares. Únicamente sería necesaria la implantación de la pegatina en el parabrisas y gracias a ello, el agente podría saber al instante información acerca del seguro del coche,  propietario o si el vehículo tiene denuncias por robo.

Como se ve, los diferentes usos en los que se puede aplicar la tecnología en una ciudad son infinitos. Basta echar un poco de imaginación al asunto y buscar mejoras que satisfagan tanto a la ciudad como a las personas que en ella viven. El mundo que aparece en las películas y que nos suena a ciencia ficción está más cerca de lo que creemos. ¡Hagámoslo real!

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