Piden prohibir los drones porque convierten la guerra en videojuego

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Los aviones no tripulados, los drones, son ya una realidad y, más allá de la controversia que generan en el ámbito civil por la invasión de la privacidad, el Centro Delàs de Estudios por la Paz de Justicia i Pau ha pedido prohibir su uso militar por creer que convierten la guerra en un simple videojuego.

“Con los drones, la guerra, la más terrible de las opciones políticas que un gobierno puede decidir, se convierte en algo trivial, en un juego de ordenador en el que las víctimas no son más que difusas imágenes en una pantalla, por la que no se genera empatía alguna con la víctima”, afirma el último informe del Centro Delàs, que analiza el uso militar de los drones.

Según el informe, que asegura que España ya tiene drones no armados que ha utilizado en Afganistán y que ya hay una docena de industrias militares españolas que fabrican estos aparatos o algunos de sus componentes, su producción para uso militar superará los 10.000 millones de dólares anuales en menos de una década.

El estudio, elaborado por Jordi Calvo, Anna Escoda, Carles Blanco y Gabriela Serra, hace una descripción exhaustiva por todos los drones existentes en el mercado internacional con potencialidad militar, con sus características y su origen.

Pero el informe, que reconoce que hay razones económicas, militares y políticas que avalan el uso de los drones, se centra en el análisis de la ética de esta nueva máquina de combate.

Tras reconocer que el uso civil de los drones genera polémica por la invasión de la privacidad y la posible violación del derecho a la intimidad que su presencia en las calles puede suponer, los autores del estudio se centran en su uso militar como avión de combate.

Los drones son más baratos que un avión de guerra convencional, no hace falta formar durante años a un piloto de combate, en caso de ser derribado no supone pérdidas humanas y hace más sencillo disparar sobre el objetivo militar porque “comporta menos cuestionamientos morales disparar a lo que aparece en una pantalla de ordenador que hacerlo viendo los efectos del ataque” con los propios ojos.

Éstas son algunas de las “ventajas” que describe el informe, a las que suma que, con los drones, los gobiernos se ahorran tener que explicar a la opinión pública que sus compatriotas “vuelven de la guerra en ataúdes“.

Aunque los expertos todavía ven que la tecnología debe avanzar para mejorar su autonomía, volumen y precisión, los drones ya están siendo usados por países como EEUU e Israel, y otras naciones, según el informe, como Turquía, China, Reino Unido e India ya han demostrado su interés.

“También en la UE y la OTAN existe expectativa de que en los próximos años los aviones no tripulados de uso militar supongan un arma vital”, advierte el estudio, que recuerda que EEUU ya los ha usado en Pakistán, Afganistán, Somalia y Yemen.

El informe de Justicia i Pau denuncia que los ataques con estos aparatos para cometer “asesinatos selectivos” no están amparados por la legalidad internacional vigente, “ya que se trata de ejecuciones extrajudiciales”, aunque admite que “la generalización de su uso hará que muy probablemente se dé un cambio ‘ad-hoc’ de la legislación para legitimar los ataques con drones armados”.

Más allá de la legalidad o ilegalidad de su uso, el informe se pregunta sobre “la legitimidad ética” como “arma de guerra” y responde que al menos “despierta fundadas alarmas morales, también compartidas por militares, desde el momento en que la distancia entre quien aprieta el gatillo y su víctima puede llegar a ser de 10.000 kilómetros, y cuando las personas a matar son imágenes en una pantalla de ordenador”.

“La guerra es una aberración de la humanidad y hacer que sea como un videojuego es un acto inhumano totalmente repudiable”, concluyen los autores, que dicen que “la única opción de poner freno a semejante despropósito” es prohibir el desarrollo de este tipo de arma, ahora que todavía puede que se esté “a tiempo”.

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