Seguros dentales y salud dental, dos conceptos cada vez más complementarios

¿Alguna vez te has planteado la opción de contratar seguros dentales? Lo cierto es que hay muchas enfermedades que afectan la salud dental. No solo deseamos tener los dientes sanos y estar libres de dolores, además hay otras muchas enfermedades que afectan a los tejidos bucales, dentales y craneofaciales. La necesidad de una acción preventiva está fuera de toda duda.

Pero los seguros dentales no solo se encuadran dentro de una acción preventiva. Son, en la actualidad, una forma de reducir sensiblemente la factura del dentista, además de un factor de primer orden en la prevención y diagnóstico precoz.

Los seguros dentales establecen una reducida prima anual que permite el seguimiento, diagnóstico y mantenimiento de forma prácticamente gratuita. La acción preventiva se facilita y generaliza. En el caso de seguros dentales familiares, donde se reduce sensiblemente la prima del seguro, este hecho es aún más evidente: la familia puede tener hijos pequeños que necesitan aparatos dentales para corregir la posición de los dientes o la mordida; y cualquier otro miembro familiar podría sufrir de caries y enfermedades en sus encías, sin contar la necesidad de prótesis o implantes. En este caso, el coste general, en caso de contar con un seguro dental familiar, se vería considerablemente reducido.

Un seguro dental permite elegir entre una amplia red de clínicas privadas concertadas en todo el territorio nacional. Se puede por tanto elegir cualquier clínica, cerca del domicilio familiar o del trabajo. Puede ser una clínica diferente para cada miembro de la familia. Pero en todas ellas se aplican unos precios y condiciones comunes, ya que todos los centros concertados con un seguro aplican los mismos precios a sus asegurados.

Las clínicas concertadas con el seguro dental están obligadas a facilitar diagnóstico y presupuesto previo gratuito, y emitir la factura correspondiente a los servicios realizados y cobrados, que están sujetos a una garantía mínima de un año.

Los mejores seguros dentales no ponen límite de edad para ser beneficiario, ni establecen períodos de carencia para iniciar tratamientos. Tampoco establecen un límite máximo de tratamientos, ni se tienen en cuenta las condiciones bucodentales previas a la contratación del seguro.

Formalizar un seguro dental es de lo más sencillo. Basta facilitar los datos de los beneficiarios, el domicilio postal y la domiciliación bancaria para pagar el recibo de la prima. Al acabar el período de cobertura se puede optar por seguir asegurado beneficiándose de los servicios preventivos y gratuitos, o darse de baja, ya que es igualmente cómodo y rápido volver a formalizar de nuevo el seguro dental cuando se detecta la necesidad.

Los seguros dentales familiares son, por tanto, un elemento importante en la prevención y el tratamiento bucodental. La salud dental es cada vez más valorada en una sociedad más culta y con más recursos. Y paralelamente a esa conciencia se están promocionando los seguros dentales como alternativa que favorece la prevención y el ahorro en los tratamientos. Salud dental y seguros dentales son cada vez más complementarios.

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