La combinación de avances en inteligencia artificial generativa y mecatrónica está acelerando el desarrollo de robots humanoides inteligentes, capaces de asumir tareas físicas y cognitivas antes exclusivas de los humanos. Aunque su implementación aún se encuentra en etapas tempranas, expertos del sector aseguran que estos sistemas tienen el potencial de transformar profundamente industrias como la logística, manufactura, salud, retail o construcción.
Los robots humanoides basados en IA, como Optimus de Tesla, Digit de Agility Robotics, o Atlas de Boston Dynamics, están siendo diseñados para realizar tareas físicas complejas con ayuda de modelos de aprendizaje profundo. Según Gartner, para 2027 el 10 % de todos los robots inteligentes vendidos podrían ser humanoides avanzados, lo que marcaría un hito en la evolución de la automatización.
Sin embargo, el camino no está libre de obstáculos. El coste elevado, las capacidades sensoriales aún limitadas y los marcos regulatorios incompletos siguen siendo barreras importantes. A esto se suma la necesidad de que estos sistemas sean seguros, confiables y eficientes en entornos laborales dinámicos. La adopción, como destaca el CIO de Rockwell Automation, dependerá de factores como el cumplimiento normativo, la integración empresarial, la rentabilidad y la viabilidad técnica.
Entre los casos de uso más prometedores está la automatización de tareas repetitivas o peligrosas. Empresas como GXO ya están probando robots como Digit en almacenes, mientras que fabricantes como BMW se han asociado con desarrolladores como Figure.AI. Otros como Apptronik, Meta (a través de Reality Labs) y Reflex Robotics también están desarrollando prototipos para entornos industriales y de consumo.
Uno de los hitos recientes es el anuncio de Helix por parte de Figure.AI, un modelo generalista que integra visión, lenguaje y acción, con el objetivo de superar limitaciones clásicas en la percepción y ejecución de tareas. Elon Musk, por su parte, sostiene que el robot Optimus, alimentado por el modelo Grok-3 entrenado en el superordenador Colossus de xAI, estará listo para operar comercialmente en pocos meses.
Pese al entusiasmo, expertos como Carlos González de IDC advierten que muchas demostraciones actuales siguen siendo pruebas de concepto controladas, sin plena autonomía. Algunos robots presentados públicamente, según se ha confirmado, fueron guiados por operadores humanos y no actuaban de forma independiente.
La clave para la adopción masiva estará en desarrollar robots colaborativos seguros y económicamente viables, con capacidad para interactuar con herramientas humanas y adaptarse a entornos cambiantes. Agility Robotics, por ejemplo, planea lanzar en 2026 una versión más avanzada de Digit orientada a la colaboración hombre-máquina.
Aunque el despliegue generalizado más allá de 2027 parece ambicioso, la velocidad del progreso sugiere que los pilotos y casos de uso específicos crecerán exponencialmente. Si se logra superar los retos técnicos y económicos, los robots humanoides con IA podrían representar uno de los avances tecnológicos más transformadores del siglo, redefiniendo la relación entre humanos y máquinas en múltiples sectores.