Mientras Telefónica, Orange y MásMóvil ya pueden activar el 5G rápido luego de que lo hiciera Vodafone, parece que las autoridades chinas no quieren perder demasiado tiempo con esta tecnología, y ya están realizando sus primeras pruebas con la que indudablemente será su sucesora, el 6G, y ya han conseguido enviar 1TB de datos en sólo un segundo. Sí, 1TB/s.
El caso es que la diferencia en la velocidad con la que se está abordando el paso del 5G al 6G entre Asia y Europa se ha profundizado. Mientras en el viejo continente las principales operadoras han reclamado una red Open RAN para desarrollar estos sistemas, somos testigos privilegiados de cómo las grandes potencias asiáticas siguen con sus ensayos y se acercan más y más a esta innovación.
En su momento supimos que Japón trabaja en 6G desde hace un tiempo, y por otro lado también conocemos los planes de Corea del Sur, que pretende tener un piloto de 6G en marcha para 2026, favoreciéndose de los avances de su firma local LG en este sentido, la cual ha logrado transmitir datos utilizando la frecuencia del terahercio, una de las que en el futuro se empleará para desplegar el 6G.
Volviendo a China, la noticia es que un grupo de investigadores del país han completado la transferencia de 1TB de datos por segundo. Claro que hay ciertas consideraciones a tener en cuenta, como que la operación se realizó entre dos puntos a apenas un kilómetro. Aún de este modo, estamos en presencia de un hito, que seguramente marcará el antes y el después en la llegada del 6G.
Y es que si bien se estima que su comercialización no tendrá lugar sino hasta el año 2030, lo cierto es que los primeros casos de uso de la nueva red 6G podrían darse unos años antes, entre 2026 y 2028, abriendo un gran abanico de posibilidades a las personas que accedan a esta tecnología, que asimismo se considera clave pensando en qué países liderarán el planeta de aquí a una década.
Una de las grandes diferencias entre el 5G y el 6G de China o cualquier otro país, radica en que ya no se usan ondas electromagnéticas bidimensionales, sino que pasan a ser tridimensionales, asemejándose a un tornado, lo que facilita la codificación de grandes volúmenes de información, además de la disponibilidad de un ancho de banda que resultaría inimaginable por ahora.