Luego de semanas enteras de negociaciones entre las partes, finalmente se ha confirmado el la fusión entre O2, la filial británica de Telefónica, y Virgin Media, noticia que fuera informada incluso a la Comisión Nacional del Mercado de Valores –CNMV-, como corresponde en estos casos.
«Telefónica informa que el proceso iniciado entre ambas partes se encuentra en fase de negociación, sin que puedan garantizarse, a esta fecha, ni los términos precisos ni la probabilidad de éxito del mismo. En el supuesto de alcanzarse un acuerdo satisfactorio respecto a esta potencial operación, Telefónica comunicará dicha información a los mercados», puede leerse en el comunicado, aún conservador.
Más allá de eso, es un hecho que ambas partes acordaron los términos de la fusión en los últimos días, de forma que Telefónica por fin podrá probar suerte en el mercado británico con una oferta convergente, posibilidad que se le había negado hace ya un lustro, cuando su intento resultó fallido.
A falta de la aprobación de la Comisión Europea, ambas firmas trabajan ya en cómo reunir sus caminos en los próximos meses, más allá de la certeza de que surgirá un proveedor integrado de servicios fijos y móviles que saldrá a competir en el Reino Unido, por ejemplo, con Vodafone.
La operación, que seguirá demorándose por cuestiones legales, podría quedar completamente finiquitada para mediados del año que viene, generando ingresos por alrededor de 5.700 millones de libras para Telefónica y 1.400 millones de libras para Liberty Global.
José María Álvarez-Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, ya lo había anticipado cuando, a finales del año pasado, habló de conseguir «una Telefónica preparada para los próximos 100 años«, lo que contemplaba desplegar servicios también en mercados como el del Reino Unido, Alemania o Brasil.