Telefónica quiere deshacerse ahora de su cable submarino

La operadora española Telefónica pretende acelerar la venta de su negocio de cable submarino, que no entró en el paquete donde se le vendieron casi 31.000 torres a American Towers la semana pasada.

Este movimiento, que la multinacional busca completar antes de que se produzca una depreciación del valor de los activos en cuestión, fue informado por la gente de El Economista hace unas horas. Ellos mismos explican que Telefónica trabaja con asesores externos, desde hace algunas semanas, buscando potenciales interesados.

Por supuesto, colocar en el mercado los 100.000 kilómetros de fibra óptica de Telxius en el Atlántico y el Pacífico no es cosa fácil. Sin embargo, forman parte de esta sociedad firmas como la propia Telefónica, con la mayoría de las acciones, junto a otras como Pontegadea, que contienen infraestructuras como Marea o Brusa.

En el caso del primero de esos proyectos, Marea, se contemplan unos 6.000 kilómetros de cable que fueron construidos en 2017 para conectar a los Estados Unidos con el continente europeo. Brusa, mientras tanto, es el cable submarino de mayor capacidad entre todos los que conectan esta parte del mundo con América, gracias a sus 10.200 kilómetros que van desde Río de Janeiro hasta Virginia Beach.

Según los especialistas, las mejor ubicadas para hacerse con el cable submarino de Telefónica son el capital riesgo I Squared y la empresa de cable Aqua Comms, aunque podría aparecer también alguna tapada.

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