Luego de meses y meses de especulaciones e idas y vueltas, finalmente Gobierno y operadoras han cerrado la subasta de 700 MHz para el 5G, la subasta que determina cómo es la asignación de las frecuencias que permitirán el despliegue de la nueva generación de telefonía móvil, tan importante para el desarrollo de las comunicaciones a nivel nacional.
Con un año de atraso respecto de los planes originales a consecuencia de la pandemia, y dada la no participación del Grupo MásMóvil, que había anunciado esta decisión mientras está enfocada en finalizar la OPA sobre Euskaltel, teníamos entonces como grandes protagonistas de la licitación a las tres mayores telecos por volumen de usuarios. Es decir Telefónica, Vodafone y Orange.
Así, estas tres operadoras se han repartido equitativamente el espectro disponible, abonando a las arcas públicas un total de 1.010 millones de euros, para quedarse con estas concesiones de las licencias de cara a los próximos 20 años, prorrogables por otros 20 más.
Más específicamente, podemos decir que Telefónica, a través de Movistar, se ha hecho con el bloque de 2x10MHz más barato, por 310 millones de euros, aunque esto también le compromete a desplegar su 5G definitivo más rápido, antes de junio de 2025.
Vodafone y Orange, que han abonado cada una de ellas 350 millones de euros, no tendrán tanto apuro. Esto se debe a que, para esa fecha, sólo tienen que llevar el 5G de última generación a las poblaciones de +50.000 habitantes, algo que en el caso de Telefónica aplica a todas las de +25.000, sumando así miles de localidades que no afectan a las primeras.
Estas redes 5G no son las mismas que ya están brindando las operadoras en cuestión, sino que ofrecerán velocidades muy superiores y una menor latencia, características que harán ver las actuales opciones más como un 4G vitaminado que otra cosa. Igualmente, para eso aún tendremos que tener un poco más de paciencia.
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