Después de su plan para recortar 2.000 puestos de trabajo, Telefónica ha acordado un Plan Social de Empleo con los sindicatos, mediante el cual la principal operadora del país sorteará parte de la crisis que atraviesa actualmente, al igual que muchas de sus competidoras del sector, como por ejemplo Vodafone y Orange, que se han movido hacia la misma dirección en estos días.

El caso es que el plan de bajas voluntarias o PSI que venía negociando Telefónica con los sindicatos finalmente dio buenos resultados, y la teleco ha pactado la salida de hasta 2.982 trabajadores en España, si bien esa es sólo una parte del comunicado de prensa, donde además se afirma que erigirán un «Plan Social de Empleo» para incorporar talento y promover la igualdad y la diversidad.

Mientras se enfrenta a una reducción de ingresos, que incluso llevó a que Movistar suba el precio de sus tarifas, como consecuencia también de los aumentos de algunos costes fijos, entre ellos los que refieren a la luz, Telefónica ha decidido «sacrificar» a un buen porcentaje de empleados de 54 años en adelante, que  han decidido acogerse a éste Plan de Suspensión Individual.

El acuerdo definitivo se ha formalizado a partir de las notas oficiales tanto de la UGT como de las Comisiones Obreras, hablando la primera de ellas, en su propia página web, de «nuevas formas de trabajo, incorporación del talento, reskilling y nuevo empleo«. Evidentemente, tampoco había mucha más salida frente a la situación desesperada en la que se encuentran las operadoras.

Desde Telefónica calculan que el gasto del PSI será de entre 1.500 y 1.600 millones de euros antes de impuestos, aunque todo dependerá, en última instancia, del número de empleados que finalmente decidan acogerse a las bajas voluntarias que proponen. Independientemente de ello, calculan un ahorro anual de unos 230 millones de euros, a percibirse a partir del 2023.