Las cintas de correr son una excelente manera de prepararnos para posteriormente salir a correr a la calle. Salir a correr, y en general, practicar ejercicio tiene numerosos beneficios que afectan tanto a nivel físico como psíquico. A continuación, se mencionan una serie de consejos para comenzar a correr y no rendirse.
- Empieza paulatinamente. Si no estás acostumbrado a correr no comiences con altas intensidades y fuerte pendiente. Hazlo sencillo, comienza con 15 minutos y poco a poco aumentalo en 5 minutos.
- Hidrátate antes de correr. La deshidratación provoca calambres en todo el cuerpo y, sobre todo, en las piernas. Para evitarlos es necesario beber agua antes de empezar a correr porque no servirá de nada beber durante la carrera.
- Respira adecuadamente. Si respiramos mal nos cansamos antes y aumentan las posibilidades de darnos flato, esos molestos pinchazos en los laterales. Para evitarlo debemos de inhalar profundamente por la nariz y exhalar el aire por la boca.
- No temas salir a la calle. Una vez te has preparado y si las condiciones meteorológicas son adecuadas, no tengas miedo de salir a la calle. Correr afuera también nos aporta numerosos beneficios, sólo debemos de saber alternarlo para conseguir un entrenamiento óptimo.
- Estira cuando termines de correr. Una vez te has relajado y tus músculos todavía están calientes, debes de estirar muy bien todas las partes de tu cuerpo y, en especial, las piernas. El estiramiento evitará posibles lesiones y calambres.
- No olvides descansar. El cuerpo necesita relajarse, es muy importante para que los músculos se vayan haciendo más fuerte y para que se adapten a las nuevas exigencias de correr. Los principiantes no deberían de correr más de 3 ó 4 días a la semana de manera alternada.